Presencia musical entrerriana en Cosquín 2017

El guitarrista paranaense Hernando Pico Rubio se presenta este miércoles, en horario central, en el encuentro folclórico de mayor proyección en el país.
En la década de los 90 se concretó en Paraná el Encuentro del Canto Paranasero. Con el impulso de Miguel Zurdo Martínez, Walter Heinze, Ramón Ayala y Claudio Monterío –entre otros destacados referentes- se revalorizó entonces la figura del solista. De esa iniciativa de feliz recuerdo y efímera existencia (se concretaron sólo tres ediciones) se desprendieron diversas consecuencias. Una de ellas, aportar a la consolidación de una escuela guitarrística regional. En el marco de esas reuniones junto al río, en el Paraná Rowing Club, se saldó en buena parte el encuentro definitivo –en torno a la música popular de raíz folclórica- entre distintas generaciones de músicos con formación autodidacta y académica.
Esa raíz vigorosa creció y dio nuevos brotes que se desarrollaron y hoy se muestran al mundo. Uno de esos exponentes es Hernando Pico Rubio.
Filiado en el legado de todos esos solistas que marcaron la senda, este guitarrista y docente paranaense llegó este año a lo más alto de la consideración nacional tras consagrarse, en la madrugada del martes 17 de enero pasado, ganador en el rubro Solista Instrumental en el certamen Pre Cosquín 2017. Esta noche subirá al escenario Atahualpa Yupanqui, de esa localidad, para presentarse en horario central del Festival Nacional de Folklore y difundir el canto de Entre Ríos al mundo.
Pico Rubio llegó al Pre Cosquín por primera vez este año y obtuvo el premio como Solista Instrumental. El logro no tiene nada de azaroso o casual, sino que es el resultado de décadas de trabajo que puede verse en el trayecto previo, ya que el entrerriano venía de una seguidilla de certámenes en los que había sido reconocido: la 27º Fiesta Nacional del chamamé y 13º Fiesta del chamamé del Mercosur, el 48º Festival Nacional del Malambo en Laborde (Córdoba), el 39º Encuentro Entrerriano de Folklore en Villaguay. En todos ellos obtuve el Primer Premio como Solista Instrumental.
El músico, que tiene 33 años de edad, lleva dos décadas tocando la guitarra, como solista o acompañando a músicos reconocidos de la provincia. Y desde hace un par de años se enfocó en el rol de solista.
Cultor de la música regional y defensor de las raíces de la cultura, Pico seleccionó cuidadosamente el material que presentó en el Certamen que acaba de ganar en Córdoba.
Alcanzar el éxito fue un difícil camino. El primer paso lo dio en la Subsede del Pre Cosquín en Crespo –a la que representó en Córdoba- cotejó su propuesta con siete participantes de su rubro. En Córdoba el camino fue aún más empinado: estaban los representantes de cada una de las 48 subsede del país. En la final, que se realizó el 15 y 16 de enero demostró su jerarquía y solvencia frente a otros cinco solistas Instrumentales, entre los que había piano, guitarras, quena, violín.
“Todos sabemos que es difícil llegar a Cosquin, hay mucho nivel de músicos y bailarines, además no solo depende de nosotros, porque podemos estar en un nivel óptimo de actuación e interpretación, pero finalmente depende que la presentación le agrade al jurado; creo que este tema es muy subjetivo. Afortunadamente pudimos llegar, luego de mucho trabajo duro y sacrificio.
Lo que viene
¿Cómo fue la preparación en lo musical y con qué temas se presentó? ¿Por qué los eligió?
En lo que respecta a lo musical, algunos temas de los que elegí los tengo en repertorio hace años; hay otros más recientes, incluyendo alguno arreglos propios y de otros guitarristas. Son composiciones que he elegido porque desde que las escuche me han apasionado realmente.
El repertorio que seleccioné estuvo integrado por `Allá por María Luisa´, rasguido doble del paranaense Abelardo Coronel Osuna; `La Clavija´, un vals del paceño Francisco Casis, ambos con arreglos que yo mismo hice para guitarra. También incorporé `El rancho solo´, chamamé de Ernesto Montiel, y `La Taba´, chamamé de Isaco Abitbol, los dos con arreglos para guitarra de Mauricio Laferrara. A ellos sumé `El porá´, un chamamé de Horacio Castillo; La Lindera, una chamarrita de Linares Cardozo a la cual escribí el arreglo para guitarra; y `Cuando miro el horizonte´, rasguido doble de Alcides Müller con arreglo para guitarra de Abelardo Coronel Osuna.
Pienso que fue determinante la propuesta del repertorio para llegar a la final y ganar, ya que hice una selección de temas con ritmos del Litoral argentino y de autores entrerrianos. Además los arreglos para guitarra son de ritmo vivo, lo que también llama la atención al escucharlos.
Tras el logro en Cosquín ¿cuál es el próximo desafío? ¿Hacia qué objetivo le gustaría apuntar en lo personal y en lo artístico?
Después de conseguir este importante logro, considero que es fundamental difundir a muchas personas mis conocimientos y la pasión que siento por la guitarra. Entiendo que este propósito que me impuse hace un tiempo se está cumpliendo. En este año hay muchos proyectos que espero iniciar relacionados con enseñanza de guitarra y de la música de nuestra región. Quiero llegar no solo a gente de la ciudad sino del país y el extranjero. Gracias a la tecnología actualmente es posible realizar esto. Me interesa inspirar y motivar a las personas, porque creo que es algo no tiene precio; es lo mejor que nos puede pasar. Como cuando éramos gurises y escuchábamos guitarras y decíamos «uh´ que lindo tema´, que linda melodía y quedábamos fascinados y eso nos entusiasmaba a tal punto que lo escuchábamos una y otra vez y no parábamos hasta poder tocarlo. Inclusive todavía nos pasa. Creo firmemente que lo mejor que podemos hacer es devolver eso a la gente, ese sentimiento que llega ser inexplicable.
De caminos y agradecimientos
Primeramente quiero agradecer a mi familia, a mi esposa mis dos hijas, que son las que día a día están a mi lado apoyándome en este sueño, sin ellas sería más difícil todo esto.
Soy nacido en la ciudad de Paraná Entre Ríos. Hace aproximadamente 20 años que toco la guitarra. Esta pasión musical por este instrumento se la debo a mi familia materna, a mis tíos Adrián Dappen, Alejandro Dappen, mis primos Cristian Dappen y Mariano Waigandt. Los domingos ellos sacaban su guitarra y cantaban los clásicos del folklore. Esas melodías no se me iban de la mente por días, inclusive recuerdo que compañeros de la escuela primaria cantaban conmigo algunos temas que me escuchaban. Ahí comenzó todo.
Recuerdo que en la casa de mi abuela había una guitarra vieja toda remendada con dos cuerdas, cada vez que iba tocaba esa guitarra con dos cuerdas, un día decidí llevarme esa guitarra, le puse cuerdas viejas, lo llame a mi tío Adrián para que me la afinara y así comencé. Tome alrededor de cinco meses clases con Horacio Zerpa, estudiante de la Escuela de Música, que venía de Jujuy. Y luego un par de clases con Diego Espindola.
Con el pasar de los años tuve la oportunidad de acompañar a muchos cantantes y músicos de aquí de Paraná, lo cual me sirvió mucho para aprender nuestro folklore y tango. También debo agradecer a América “Chola” Zapata y María Juana Zapata. Gracias a ellas pude aprender Danzas Folklóricas Argentinas, que considero muy importante para alguien que hace música folklórica de nuestro país.
También un agradecimiento especial a Abelardo Coronel Osuna y a Gustavo Reynoso, ellos siempre me tuvieron en cuenta. Aun cuando por unos años estuve alejado de los escenarios por diferentes razones, ellos siempre confiaron en mí y mi música. Son grandes músicos, grandes personas y grandes inspiradores.
Son muchos los músicos que admiro. Pero mi mayor referente e inspirador en la guitarra es Juanjo Domínguez, de la Ciudad de Junín provincia de Buenos Aires.
*Para el guitarrista, el logro conseguido en Cosquín marca el inicio de una nueva etapa en la cual espera poder difundir “a muchas personas la pasión que siento por la guitarra y mis conocimientos”.