Pavón será acusado como coautor del crimen de Micaela.

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El dueño del lavadero de camiones donde trabajaba Sebastián Wagner será acusado por el crimen de Micaela García, la joven estudiante del Profesorado Universitario de Educación Física. 

Néstor Roberto Pavón estaba acusado por el encubrimiento de Wagner, pero el principal sospechoso por el crimen de Micaela lo señaló como su cómplice. Eso y algunos indicios que han recolectado los investigadores constituyen el sostén de la acusación que le hará el fiscal Ignacio Telenta como coautor del delito de homicidio calificado por alevosía, por femicidio y criminis causae, es decir, para tratar de encubrir un delito anterior, que en este caso sería la violación.

Cabe recordar que hay un tercer imputado, Fabián Ehcosor, pareja de la madre de Wagner, también sospechado de encubrimiento. Pero la cadena de responsabilidades podría no agotarse allí, sino ampliarse a otros posibles encubridores.

En ese sentido, fuentes judiciales dejaron trascender que el fiscal Telenta no descarta imputar por encubrimiento a Nora González y su hijo. En el caso de este último, los investigadores tienen comprobado que limpió y aspiró el Renault 18 Break de Wagner. En el automóvil se hallaron restos de fluidos y una huella dactilar; mientras que en la bolsa de la aspiradora había cabellos de la estudiante de 21 años.

El otro sospechoso. El procurador general del Poder Judicial, Jorge García, señaló que Pavón “era considerado encubridor por haber ayudado a Wagner en su huida, pero ahora se lo está acusando también como coautor del hecho principal”.

El jefe de los fiscales remarcó que “la declaración de Wagner confirma las sospechas que había sobre el verdadero rol de Pavón en el hecho” y agregó que “está probado que Wagner y Pavón estuvieron juntos esa noche, por lo que era raro que después de haber estado con Wagner y de haberlo ayudado a escaparse, Pavón estuviera ausente justo en el momento en que ocurrieron los hechos”. Los hechos a los que se refiere García, claro está, son el secuestro, la violación y el homicidio de Micaela.

El procurador consideró que “la versión de Wagner es muy válida porque no intentó quitarse su propia responsabilidad; sino que admitió su culpabilidad e incluyó a otra persona como coautora, lo que es importante teniendo en cuenta que hubo una rápida y fácil reducción de la víctima; y sobre todo por lo que ocurrió después, porque es muy difícil ocultar un cuerpo sin la participación de una segunda persona”.

Lo cierto es que por el momento, Pavón permanece alojado en la Jefatura Departamental de Policía de Gualeguay, con prisión preventiva por treinta días y no trascendió cuándo será la audiencia de ampliación de la imputación.

Wagner, por su parte, tiene prisión preventiva en forma indeterminada y permanece alojado en la Unidad Penal Número 8 de Federal.

Quién es Pavón. Néstor Roberto Pavón es un transportista y dueño de dos camiones. También es el propietario del lavadero “Miyo”, ubicado en uno de los accesos a Gualeguay, donde trabajaba Wagner; y, según trascendidos, habría sido quien le facilitó la compra del Renault 18 Break al asesino confeso.

Pavón no registra condenas, pero tuvo una causa por lesiones graves y otra por hurto, que fueron archivadas.

En su primera declaración ante el fiscal, admitió haber estado con Wagner durante la noche del viernes 31 de marzo. Dijo que comieron en un restaurante ubicado en las inmediaciones del Parque Quintana y que con ellos estaba su hijo de 13 años. Según sus dichos, a las 4 de la madrugada del sábado, Wagner lo dejó en su casa. También admitió haberle dado 5.000 pesos al asesino confeso y que le gestionó con un camionero para que lo llevara hasta Zárate-Campana.

Los investigadores lograron reconstruir que Wagner escapó de Gualeguay el martes a las 3.45 de la madrugada y una vez en la provincia de Buenos Aires fue recogido por Fabián Ehcosor, la pareja de su madre, que también está detenido por encubrimiento, y trasladado hasta la localidad bonaerense de Moreno. Estuvo prófugo hasta el viernes 7 de abril, cuando su madre se presentó en una comisaría diciendo que estaba en su casa. Allí fue detenido.

Al día siguiente, la Policía halló el cuerpo de Micaela, en un camino vecinal, debajo de un árbol, en una zona agreste, de espesa vegetación y difícil acceso. La autopsia reveló que la joven murió el mismo día en que fue secuestrada; la causa de muerte fue “asfixia por compresión mecánica de cuello”, es decir, por estrangulamiento; y se determinó que había sido víctima de un ataque sexual, aunque no se pudo extraer ADN de otra persona por el tiempo transcurrido y el estado de descomposición que presentaba el cuerpo.

(El Diario)

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