Aplazaron el juicio contra Hosni Mubarak hasta el 15 de agosto

El ex presidente de Egipto, derrocado en el marco de la Primavera árabe y acusado de corrupción y asesinato, se declaró «inocente» en el juicio iniciado en El Cairo. Podría ser condenado a muerte. Asistió al juicio en camilla y enjaulado. Las audencias se retomarán el 15 de Agosto.
Un enfermo Hosni Mubarak, de 83 años, yacía en una cama de hospital dentro del armazón de metal cubierto con tela metálica y barras de hierro el miércoles en un tribunal de El Cairo al iniciarse su histórico juicio. La escena se vio por la televisión estatal, lo que fue la primera vez que los egipcios veían a su ex presidente desde el 10 de febrero, el día antes de su caída, cuando dio un desafiante discurso negándose a renunciar.
Dentro de la jaula, estaba un Mubarak con semblante cenizo, mientras levantaba la cabeza para ver el proceso, con el cuerpo cubierto con una sábana hasta el pecho. Sus dos hijos, Gamal y Alaa, que son procesados con él, estaban de pie junto a su cama, inclinándose para hablar con él. El anciano estaba con sus nueve coacusados, entre ellos, su ministro del interior. Todos llevaban uniformes blancos de la prisión.
El ex gobernante está acusado por cargos de corrupción y por ordenar el asesinato de manifestantes durante una insurrección de 18 días que derivó en su salida del poder, y muchos egipcios están celebrando la oportunidad de desquite contra quien fue un gobernante autoritario durante mucho tiempo.
Pero también ponen en duda si el juicio verdaderamente terminará con las injusticias del pasado. A algunos les preocupa que los nuevos dirigentes militares del país estén pregonando el juicio como prueba de que se ha consumado una reforma democrática, aun en momentos en que activistas argumentan que todavía se necesita un cambio más profundo.
«Estoy un poco preocupado de que si Mubarak es juzgado y condenado, la gente tome eso como el fin de la revolución. Dirán que la revolución ha conseguido sus metas. Eso no debe ocurrir», dijo Tareq Shalaby, un asesor de comunicación en redes sociales de 27 años de edad que estuvo entre los cientos de miles de manifestantes que se agolparon en la Plaza Tahrir de El Cairo y en otras ciudades durante el levantamiento.
Mubarak arribó este miércoles a El Cairo. Poco después del aterrizaje de su helicóptero, una ambulancia que al parecer lo llevaba a bordo avanzó un corto trecho hasta el tribunal situado en una academia policial. Previamente, el ex líder había sido trasladado en un avión militar desde el balneario Sharm el-Sheikh en el Mar Rojo, donde ha vivido desde que fue derrocado hace seis meses.
Frente al tribunal, se produjeron enfrentamientos entre centenares de simpatizantes y opositores del ex presidente (ver nota relacionada). En un caótico escenario, cientos de policías con uniformes blancos separaban a los manifestantes que se peleaban y lanzaban piedras y botellas mutuamente.
El proceso que se le hace al ex presidente es un momento sin precedentes en el mundo árabe. Es la primera ocasión en que un líder moderno del Medio Oriente es llevado plenamente a juicio por su propio pueblo.
El acontecimiento más cercano a ello fue el juicio al ex líder iraquí Saddam Hussein, pero su captura fue a manos de tropas de los Estados Unidos en el 2003 y su tribunal especial fue establecido por intensa consulta con funcionarios estadounidenses y expertos internacionales.
El depuesto presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí ha sido juzgado y condenado varias veces desde su caída del poder varias semanas antes de la de Mubarak, pero todo ello en ausencia, ya que sigue exiliado en Arabia Saudita.
Se espera que Mubarak, quien gobernó con poder indisputable durante 29 años, aparezca durante el juicio sentado en un enrejado hecho para él y sus coacusados, incluidos sus dos hijos y su ex ministro del Interior. Los cargos podrían conllevar una sentencia de muerte, ejecutada tradicionalmente en la horca.
En un giro irónico, la sala de la corte se instaló en lo que fue alguna vez la Academia de Policía Mubarak, uno de múltiples edificios militares, de seguridad y civiles que llevan su nombre, aunque desde su derrocamiento el 11 de febrero, éste ha sido retirado.
La seguridad será férrea, con alambre de púas y cientos de soldados alrededor de la instalación. Se han realizado esfuerzos para asegurar que los espectadores en el tribunal no puedan acercarse suficientemente al enrejado de los acusados para gritarles y arrojarles objetos, señaló el Ministerio del Interior.
El juicio será transmitido en vivo por la televisora estatal, y los jueces dijeron que los autos judiciales serán expeditos, sin postergaciones largas. Se espera que entre los aproximadamente 600 asistentes habrá familiares de algunos de los 850 manifestantes asesinados durante la insurrección.
La noche previa al inicio de su juicio, Mubarak aún estaba en el hospital de Sharm el-Sheij. Oficiales de seguridad indicaron que sería transportado en helicóptero directamente a la academia de policía justo antes de la audiencia.
Esto sólo alimentó temores de que Mubarak no asista por razones de salud, después de semanas de reportes sobre un empeoramiento de su condición en el hospital, donde ha permanecido bajo custodia. Si no asiste, es probable que ocasione un tumulto.