Gendarmes a las comisarías y crisis en la Policía Federal
Se irían los jefes de la fuerza y llegaría un civil. Ocho seccionales porteñas de los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires quedarían en manos de la Gendarmería y la Prefectura. Con esto buscan reforzar la vigilancia en las zonas más conflictivas.
Todo empezó el fin de semana como un rumor, acompañado por mails a algunos jefes policiales dando la noticia con lenguaje de servicios de inteligencia. La versión creció el lunes, en pleno feriado. Y ayer, finalmente, explotó como una certeza durante el acto de jura de la Bandera de los cadetes de primer año de la escuela de oficiales de la Federal: la ministra de Seguridad, Nilda Garré, le sacará a la fuerza el control de las jurisdicciones de 8 de las 53 comisarías porteñas. Puntualmente, las que están ubicadas en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires .
Según la versión más moderada, allí enviará a gendarmes y prefectos como refuerzo. Otra, mucho más firme, indicaba que directamente se les dará el manejo de esas seccionales a la Gendarmería y la Prefectura.
El plan –que incluye el pase a retiro de la actual cúpula de la Federal y el nombramiento del primer jefe civil en la historia de la fuerza– entraría en plena vigencia a principios de julio, días antes de las elecciones porteñas en las que, según las últimas encuestas, Mauricio Macri aventaja al candidato oficialista Daniel Filmus, sobre todo en los barrios del sur . “Estaba previsto para más adelante, pero se decidió adelantarlo”, confió una de las fuentes consultadas.
“No tenemos nada. Es un rumor”, le dijo ayer a Clarín un alto funcionario de la cartera que dirige Garré. Sin embargo, la información fue confirmada por fuentes policiales, de la Ciudad de Buenos Aires y también de Gendarmería. El anuncio, sostienen esos informantes, podría ser el viernes.
Algunos de quienes ayer a la mañana fueron al acto de la jura a la Bandera de los cadetes en la Escuela de Oficiales Juan Angel Pirker (ex Ramón Falcón) aseguraron a Clarín que, por lo bajo, en la ceremonia no se habló de otra cosa . Y el hecho de que por la escuela no hayan aparecido ni Garré ni su secretaria de Seguridad Operativa, Cristina Caamaño, reforzó los temores de los comisarios más encumbrados.
El encargado de representar al Ejecutivo en la jura fue Gustavo Palmieri, ex abogado del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y actual subsecretario de Gestión y Bienestar del Personal de las Fuerzas Policiales y de Seguridad. Casualmente, o no, Palmieri (uno de los principales encargados de analizar los legajos que llevaron a las últimas purgas en la fuerza entre fines de 2010 y marzo pasado) es uno de los nombres que suena como el primer jefe civil de la Policía Federal.
Otro nombre mencionado ayer como potencial jefe de la fuerza fue el de Marcelo Saín (ex jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria) pero con menos fuerza, aunque algunas ideas de esta reforma serían suyas .
Ayer se daba por descontada la renuncia de al menos el jefe y el subjefe de la fuerza, los comisarios generales Enrique Rubén Capdevila y Alejandro Di Nizo. Aunque no estaba del todo claro si con ellos se iría toda la cúpula, eso es lo que suele ocurrir en estos casos. De hecho –al cierre de esta edición y pese a que nadie lo confirmaba oficialmente– se sostenía como un secreto mal guardado que sendas renuncias ya estaban en el escritorio de la ministra Garré .
Al parecer, las relaciones entre Capdevila y Garré no eran las mejores últimamente. Y el plan de implementar una fuerte presencia de Gendarmería y Prefectura en Capital habría sido el tiro de gracia para una relación ya de por si tirante.
De acuerdo a las fuentes consultadas, el nuevo mapa sería el siguiente: Prefectura iría a las seccionales 24a. (La Boca), 32a. (Pompeya/ Barracas /Parque Patricios) y 34a. (Parque Chacabuco/ Boedo), mientras que Gendarmería se ocuparía de la 26a. (Constitución/Barracas), la 28a. (Barracas/Parque Patricios), 36a. (Villa Soldati/ Bajo Flores), 30a. (Barracas) y 52a. (Villa Lugano).
Las zonas elegidas por el recambio son clave, tanto a nivel político como a nivel operativo, ya que muchas de ellas son consideradas muy conflictivas. En jurisdicción de la 36a. y la 34a. está, por ejemplo, la Villa 1.11.14, donde desde hace ya más de una década se instaló un polo del narcotráfico. Una problemática similar tiene la Villa Zavaleta (jurisdicción de la seccional 32a.). En estas áreas se implementaría, además, puestos fijos , experiencia que ya dio buenos resultados.
Los conflictos son diversos. Recurrentemente, las comisarías 24a. y 26a., de la Boca, se ven involucradas en casos de corrupción ligados a la hinchada de Boca: manejo de los estacionamientos los días de partido y reventa de entradas.