Extenderán la “onda verde” en los accesos a Paraná

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La comuna apuntó que se han renovado poco más de 400 semáforos. La idea, se anunció, es acoplarlos a un sistema integrado que se implementará hacia mediados de año. La “onda verde” se extenderá en los ingresos a la ciudad.

La Municipalidad de Paraná llevó a cabo un diagnóstico de aproximación que derivó en la puesta en marca de la bautizada “semaforización inteligente”.
La inexistencia de sistema semafórico se advierte también en la variedad y antigüedad de la tecnología que utilizan los controladores –por demás heterogénea–. Esto impide y obstaculiza la coordinación de las unidades entre sí, en la medida en que la utilización de tecnología diversa conspira contra la posibilidad de relacionar un semáforo con otro. En la actualidad conviven controladores electromecánicos con controladores electrónicos.
Con el propósito de revertir esta situación, ya se instalaron 405 semáforos nuevos en 84 intersecciones.
La disposición se enmarca en la implementación del nuevo mecanismo que, básicamente, aspira a que la ciudad tenga, por primera vez, una pauta tecnológica única, con aparatos coordinados y señales lumínicas de tipo Led, que son los que comenzaron a regir este año en todo el país.
“Tuvimos que modificar casi la totalidad de los aparatos, porque no se ajustan a lo establecido por la ley nacional”, apuntó el secretario de Tránsito y Transporte municipal, Marcelo Baridón.
El funcionario hizo hincapié en las evaluaciones efectuadas, y adelantó que la “onda verde” de los semáforos en avenida Ramírez –desde el ingreso a Santa Fe hasta Cinco Esquinas–, se extenderá a las distintas calles de Paraná. En este sentido apuntó que las arterias implicadas serán los accesos a la ciudad, como la continuidad de Almafuerte por Echagüe y por Gualeguaychú; el corredor Almafuerte, Echagüe y 25 de Mayo hasta llegar hasta calle España; y el recorrido Almafuerte/Gualeguaychú hasta llegar a calle Belgrano; el tránsito de avenida de Las Américas hasta llegar a Racedo y el corredor Alameda de la Federación hasta su intersección con Buenos Aires.
Para la coordinación de las unidades nuevas –se indicó oficialmente–, se instalará un Central de Control de Tránsito en el edificio que la comuna tiene en Cinco Esquinas, desde donde se controlarán los semáforos y se podrán cambiar las velocidades constantes de las distintas arterias acorde al tránsito y horarios. La iniciativa también contempla una conexión con los hospitales de la ciudad, para modificar las frecuencias, de acuerdo al lugar por el que necesiten transitar las ambulancias, ante una emergencia.
“Estimamos que para julio estará todo listo y podremos ponerlo a funcionar”, anticipó Baridón.
Al respecto, subrayó que “ninguno de los semáforos que estaban instalados en Paraná cumplía con la norma IRAM 2442; ninguno respetaba lo dispuesto por el artículo 22º Anexo L del Decreto Nº 779/95 reglamentario de la Ley Nº 24.449, en tanto algunos poseían la estructura de forma rectangular, cuando las normas prevén la forma redonda, mientras que los redondos no respetan el diámetro mínimo que disponen dichas normas, las que establecen obligatoriamente semáforos circulares de 300 o 200 milímetros de diámetro en secciones encastrables”, detalló.
Según advirtió, en algunos casos detectaron columnas que por el paso del tiempo están en condiciones que afectan la seguridad del tránsito. Como ejemplo, mencionó numerosas columnas que debieron ser reemplazadas, en la medida en que poseían los pescantes picados y agujereados, problemas en sus bases o brazos que sostenían los semáforos y estaban soldados a las columnas de alumbrado, presentando muy malas condiciones de adherencia.
Si bien, resta finalizar la colocación de los nuevos equipos, los semáforos instalados en la ciudad se caracterizan por tener controladores manuales, “Y esto dista enormemente de lo que se pretende para las grandes ciudades”, consideró Baridón.
En consonancia con ello, puntualizó que debieron reemplazar equipos con una edad promedio que supera los 20 años, con funcionamiento normal, tanto de los semáforos y sus controladores, notablemente inferior a los nuevos. De hecho, los semáforos de tipo Led tiene una vida útil de entre cinco y 10 años, con un nivel de consumo eléctrico que se reduce a la mitad, a diferencia de las lámparas incandescentes.
Con la excepción de los semáforos ubicados en calle Carbó, cuya sincronización es mecánica, “los mismos constituyen unidades aisladas uno de otro, sin comunicación entre sí, y esto se debe, precisamente, a que las tecnologías que utilizan los equipos controladores de los semáforos son diversas entre sí, lo que impide la comunicación entre ellos”.
Por otro lado, está comprobado que la visibilidad que generan las señales luminosas de un semáforo que funciona con lámparas incandescentes es sustancialmente menor, lo que aumenta cuando la luz del sol se proyecta sobre la lámpara, las que además carecían de un parasol color negro, destinado a absorber la luz solar y permitir así aumentar, mínimamente, la visibilidad del semáforo.
“Ninguno de los semáforos instalados en las principales tramas viales de la ciudad contaban con tecnología Led, de uso obligatorio a partir de este año, en el marco del Programa Nacional de Uso Racional y Eficiente de la Energía, aprobado por decreto en 2007”.
“La colocación de semáforos responde a la necesidad de establecer mecanismos que ayudan a los conductores y resten obstáculos a la hora de transitar por la ciudad, para nada deben convertirse es un elemento que pueda llegar a contrarrestar siniestros”, sentenció Baridón.
Con este criterio, de neto corte de seguridad, se establecieron, en años anteriores, las esquinas para ubicar el semáforo, priorizando la cantidad de accidentes ocurridos, presumiendo que un semáforo tiende a evitar las colisiones. “Ejemplos de esta selección son las esquinas de Mitre y Santa Fe o Colón y San Luis”, graficó.
Las estadísticas que lleva la Dirección de Registro de Habilitación de Conducir y Colisiones desmiente tal presunción, en la medida en que las primeras cinco esquinas en el ránking de la repartición tiene como esquinas con mayor número de choques las que poseen semáforos.
“Con la aislada excepción de calle Carbó a la que ahora se ha incorporado el tramo norte de avenida Ramírez desde Antonio Crespo hasta Maciá, los semáforos paranaenses, sean éstos ubicados con criterio de seguridad o de fluidez en el tránsito constituyen un obstáculo a la movilidad urbana, que utiliza vehículos en la medida en que no se encuentran sincronizados entre sí, no existen ondas verdes que permitan a quién se transporta en un vehículo, moverse a velocidad constante sin que su trayecto sea interrumpido por el semáforo”, opinó. No obstante, el funcionario se apuró a destacar la onda verde lograda en Ramírez, como un claro ejemplo del sistema al que apuntan.
“La experiencia cotidiana nos muestra casos aún más groseros que el estorbo al tránsito vehicular; en Gualeguaychú nos encontramos con interrupciones lumínicas programadas de tal modo que no existe un tiempo previsto para cruzar la arteria en forma peatonal”, señaló a El Diario.

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