El viernes caerán restos de un satélite y recomiendan no tocarlos
Los objetos se precipitarán en forma descontrolada a una velocidad de entre 15.000 y 25.000 kilómetros por hora. Desde el Observatorio de Oro Verde se aconseja que quienes los vean cayendo den aviso a los bomberos o Defensa Civil.
La caída descontrolada de fragmentos del satélite Uars, prevista para el viernes, podría ocasionar eventuales daños materiales o humanos, aunque es muy baja la probabilidad. Por este motivo, desde el Observatorio de Oro Verde recomendaron a la población tener precaución y dar aviso a los bomberos o Defensa Civil en caso de ver objetos sobrevolando en el cielo y, sobre todo, no tocarlos en caso de caer a tierra porque existe la posibilidad de que sean tóxicos.
El satélite de observación atmosférica, de casi seis toneladas, dejó de funcionar en 2005 y ahora está incontrolado. Los expertos calculan que la reentrada en la atmósfera se producirá el viernes próximo, con un margen de un día más o menos. No es posible indicar por ahora dónde caerá, aunque es muy probable que lo haga en algún punto sobre el océano o entre Canadá y el sur de América del Sur.
En principio se informó que la reentrada en la atmósfera sería controlada y la nave caería en un lugar predeterminado, pero en las últimas horas se supo que por la intensa actividad solar la caída se ha descontrolado.
Mariano Peter, del observatorio entrerriano, indicó que “es muy difícil que esto pueda lastimar a alguien, pero puede pasar, de hecho ya ha pasado”. En ese sentido, dijo que “lo que se recomienda es que si estos fragmentos llegan a caer en un campo, no acercarse, no tocarlos, porque pueden contener elementos tóxicos que se desconocen”.
Además manifestó que “quien vea estos objetos cayendo que llame a los bomberos o Defensa Civil y ellos se harán cargo de la situación con equipamiento especializado”.
Peter recordó que la estación espacial Salyut 7 “también cayó de forma descontrolada a raíz de una tormenta solar, que hizo que cayera antes de tiempo. Era mucho más grande, porque pesaba 40.000 kilos. Muchos fragmentos se desintegraron en la atmósfera, pero otros la atravesaron y sobrevolaron el cielo de muchas ciudades, como Paraná y Rosario, en febrero de1991”.
Uno de esos fragmentos cayó en la localidad santafesina de Capitán Bermúdez y rompió la mampostería de una casa, recordó. “La mayoría cayó sobre zonas despobladas y provocaron daños mínimos. Nosotros en el observatorio tenemos el fragmento más grande que se pudo encontrar, de2 metrosde diámetro y 400 kilos”, indicó.
Aunque la posibilidad de que esos objetos puedan herir a alguien es muy remota, Peter aseguró a diario Uno que ha habido casos en que “le han hecho vientito a muchas personas”.
La velocidad de caída es de15.000 a25.000 kilómetrospor hora, que es muy superior a la de una bala: “Son potenciales misiles letales. Si bien es muy bajo, el riesgo de daño existe: pueden caer en una casa, un edificio o personas o animales. Y un fragmento pequeño, del tamaño de un celular, a esa velocidad perfora el techo e una casa”.