El juicio por el doble crimen de los policías en Diamante empezará en dos semanas

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El 20 de agosto tendrá lugar el debate oral y público por el asesinato de dos agentes de la Policía ocurrido hace poco más de un año en Diamante. Rubén Ferreyra será juzgado y advierten que podría ser condenado a prisión perpetua.

El crimen que conmovió a la sociedad diamantina y a los entrerrianos en general a mediados de 2010 llega a juicio. Será el martes 20, cuando Rubén Ricardo Ferreyra se sentará en el banquillo con un futuro oscuro. Por el doble homicidio agravado de los policías Marcelo Zárate y Elvio Muñoz podría ser condenado a prisión perpetua.
El 4 de julio de 2010, a las 3.10 de la madrugada, el cabo Muñoz, de 23 años, y el cabo 1º Zárate, de 44, detuvieron la marcha del patrullero en el que recorrían la zona, como lo hacían periódicamente desde los últimos seis años. Es que vieron a un hombre caminar con un bolsito, y les pareció sospechoso. Cuando se bajaron para identificarlo, el desconocido gatilló dos veces, ejecutando a sangre fría a los dos desprotegidos uniformados. En pocos minutos, llegó al lugar personal policial que estaba en la Jefatura, a unos 100 metros de donde cayeron. Una ambulancia los asistió, pero Zárate ya había muerto de inmediato, con un tiro en el cuello, mientras que Muñoz fue trasladado al hospital local, pero falleció a poco de ingresar al quirófano. Este fue quien habría balbuceado, antes de morir, que los atacó “el rosarino”, lo cual generó, en primer lugar, una confusión sobre el supuesto asesino a los investigadores, y luego desató la furia de muchos diamantinos, ya que el joven señalado habría sido detenido el día anterior y liberado enseguida.
A unas cuadras de la escena del crimen se halló un bolso que habría arrojado el ejecutor de los policías, donde había casi medio kilo de marihuana y unas balas 9 milímetros.
Poco después, la Policía detuvo a Mauro Rojas, un joven de 23 años, de Rosario, pero con el correr de los días las pistas orientaban hacia otro rosarino, que había fugado. Tras una identificación de testigos, este joven fue liberado, y finalmente quedó detenido Rubén El Chueco Ferreyra.
El testimonio de un pescador, que habría sido amenazado con una pistola por el acusado para ser cruzado a la isla sería clave para esclarecer el hecho investigado. También, en el relevamiento pericial, resultó fundamental la filmación de una cámara de seguridad de una farmacia de la calle Eva Perón, por donde el asesino huyó, en la que se ve que el sujeto no tenía dientes, hecho que facilitó la identificación del acusado, y el plomo y manchas de sangre hallados en su campera.
Hasta ahora en lo que va del proceso judicial Ferreyra, que se encuentra alojado en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, no ha declarado, y habrá que ver cuál será su estrategia en el juicio, si mantener el silencio o brindar alguna explicación. Se presume que la confusión en la investigación, que tuvo a dos sospechosos detenidos, uno de ellos desvinculado, podría jugar a su favor. En este sentido, Ferreyra podría argumentar que una de las víctimas mencionó el nombre de Rojas como el asesino.

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