Día del Maestro: A 50 años de aquel bronce de los chicos

El 11 de septiembre se cumplirá un nuevo aniversario del natalicio de Domingo Faustino Sarmiento. Pero en Entre Ríos la fecha alcanza otras connotaciones: hace medio siglo quedó inaugurada la plazoleta ubicada en Alameda de la Federación y Tucumán donde se ubicó una estatua del “disipador de nieblas”, el padre de la escuela argentina. Por Héctor Norberto Guionet, ex presidente del Consejo General de Educación de Entre Ríos (1959-1963)
Su actitud de serenidad y aplomo, que se advierte en la imagen son definidos rasgos del carácter firme, enérgico, en la búsqueda de educar. La figura tiene una altura total de 2.30m y está emplazada sobre un basamento de mármol travertino de 1.30m Para fundir el material -obtenido con el aporte exclusivo y admirable de los alumnos de las escuelas primarias y secundarias de la provincia- se contó con la colaboración de la Dirección General de Materia Naval.
Para destacar los perfiles de la personalidad del maestro hablaron Lilia Pérez Wilson y titular de la Educación Provincial; una alumna dijo seguidamente la “Oración a Sarmiento”; y fueron premiados los alumnos que habían registrado asistencia perfecta a lo largo de todo el ciclo primario.
Actuó el Coro de Maestros y Vecinos del Hogar Escuela de Paraná que brindó composiciones a tres voces y solista, tras lo cual las flores y los pétalos de rosas ofrecidos al pie de la estatua hablaron de un sentimiento.
Con ese encuentro culminaba la semana sarmientina, instituida por el sesquicentenario del nacimiento del prócer. El monumento, que fuera descubierto por el Gobernador Raúl Uranga y el Presidente del Consejo General de Educación, materializó la memoria y la gratitud popular. Es obra del escultor José Sedlacek, ganador del concurso convocado por el Consejo, y muestra al educador con el conocido atavío de época, de pie y con un libro apoyando sobre el pecho.
Fue sin duda un acontecimiento significativo, elocuente por su contenido testimonial, reavivado generosamente por el bronce de los chicos -que había excedido absolutamente todos los cálculos- y, en ese tiempo, los ciento veinte cumpleaños de la Escuela Normal de la capital provincial, una de las más fecundas realizaciones sarmientinas.
Más allá de las palabras y de los enunciados, intimando con la verdad creímos entonces atrapar sin buscarla una sabiduría de humanidad y docencia gratificantes.