A los 90 años, falleció el Padre Orlando Mattiassi

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La semana pasada había sido trasladado a Terapia Intensiva del Hospital de la Baxada y su situación «era delicada». Sus restos serán velados en Bajada Grande, desde la hora 21 de este lunes

El cura Orlando Antonio Mattiassi, reconocido sacerdote en la región, falleció este lunes a la edad de 90 años.

La semana pasada había sido trasladado desde la Guardia del Hospital San Martín al Servicio de Terapia Intensiva del Hospital de la Baxada. En los últimos días volvió a la Residencia Sacerdotal, pero “su situación era delicada”.

Será velado en la Parroquia Inmaculado Corazón de María de Bajada Grande a partir de las 21. Este martes a las 10 será la Misa y luego partirá el cortejo al Cementerio del Seminario, para la sepultura.

El cura supo marcar una época en la Iglesia de Paraná desde que fue designado en la parroquia Inmaculado Corazón de María, de Bajada Grande. Allí creó FM Corazón y dio vida a la corriente católica de raíz pentecostal Renovación Carismática. Llenó estadios con sus misas de sanación e imaginó levantar la cruz más alta de Sudamérica en el denominado Prado de la Cruz.

En octubre pasado, con motivo de su cumpleaños, celebró una misa de acción de gracias. “Tantas cosas pasaron en Bajada Grande y a todas las tengo en mi memoria”, dijo en aquella oportunidad el sacerdote a Elonce, al recordar que estuvo con la comunidad de Bajada Grande unos 46 años.

“En la comunidad de Bajada Grande dejé una marca y soy formador de servidores que luego se convirtieron en líderes, mi corazón está ahí mismo”, mencionó.

Un cura «fuera de serie»

Antonio Orlando Mattiassi nació el 30 de octubre de 1932, en Colonia La Argentina, departamento Federación. Treinta años después de venir al mundo, el 22 de septiembre de 1962, se ordenó cura, y empezó un trajín que tuvo intermitencias en su servicio a la Iglesia. Se fue con los salesianos, y cuando supo que se había enamorado de una mujer, pidió la exclaustración, pero no formó pareja ni convivió, sino que al tiempo regresó a la vida religiosa, ya no como monje sino como sacerdote diocesano. El exarzobispo de Paraná, Adolfo Servando Tortolo, le dio su primer destino, en La Paz.

En este imperio terrenal, en Bajada Grande, Mattiassi moldeó la figura que hoy es pública: hombre suficiente, extrovertido, algo altanero, e hizo su imperio: puso al aire una radio, fundó una revista, creó un movimiento, la Renovación Carismática Católica, y consiguió enemigos, dentro y fuera de la Iglesia.

Este hombre saltó el cerco de los estereotipos del cura de clerigman y cabeza gacha, y alardeó frente a multitudes, llenó estadios: fue un cura sanador, el primero, el original, antes incluso de que se hablara de los curas sanadores, replicó Entre Ríos Ahora.

Pasaron varias años hasta que la Iglesia entendió que aquellas acciones habían sido un acercamiento necesario y renovador con la feligresía, nuevos canales para llegar a los fieles.

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