Los humanoides ya están entre nosotros
En Japón hay más de 370 mil en funcionamiento; se espera que pronto tengan uso doméstico o de cuidado de ancianos
El mundo cambia constantemente. Por ello ya no debe asombrar que los avances tecnológicos y científicos evolucionen de manera tal que sea posible que los robots se hayan convertido en un paisaje que en pocos años será normal.
En número de ejemplares, Alemania es el segundo país después de Japón y le sigue EE.UU., en lo que respecta a robots. En el área de investigación robótica, Alemania está muy adelantada. A pesar de eso, los robots en el país europeo son utilizados sólo en fábricas y no tienen una utilización doméstica, ya que las restricciones son muy grandes
¿Por qué los robots tienen tanta aceptación de la gente en Japón? ¿Qué cosas tiene que saber hacer para que los seres humanos los acepten?
Éstas son las preguntas que mantienen ocupado al profesor Helge Ritter y a sus colegas del área de Tecnología de Interacción Cognitiva y del Instituto de Investigacion Cognitiva y Robótica . Los institutos se benefician en gran parte por su cercanía ala Universidadde Bielefeld (Alemania), la cual posibilita una investigación interdisciplinaria junto a informáticos, neurólogos, físicos, lingüistas, psicólogos, así como científicos del deporte y del movimiento.
Una cuestión de aceptación
Desde hace varios años las instituciones de Bielefeld colaboran de manera intensa con dos de los mejores institutos de robótica del mundo, pertenecientes ala Universidadde Osaka (Japón), ya que en la gran ciudad japonesa de 8 millones de habitantes las visiones toman forma más rápidamente. Ritter piensa que en un futuro cercano la gente, inclusive en occidente, va a aceptar a los robots como uso doméstico. El profesor imagina una especie de «división de tareas». Mientras que los robots ayudan a los humanos con las tareas pesadas, los humanos pueden ocuparse de aquello que saben hacer, como escuchar, mostrar compasión y hacer compañía.
Los científicos de Bielefeld concuerdan en que es determinante el aspecto de los robots y su capacidad, para lograr una mayor aceptación de los seres humanos. De hecho, cada investigador realiza una diferente tarea, como por ejemplo, el profesor Hiroshi Ishiguro se ocupa de los robots con apariencia casi humana . Siempre de vestimenta negra, Ishiguro logró su reconocimiento mundial gracias a su robot gemelo, que tiene casi su mismo aspecto físico.
También en el caso de la joven-robot «Genoid F», es posible darse cuenta después de un rato, de que esa mujer es sólo una máquina. De manera interesante, la nueva creación de Ishiguro se limita sólo a los rasgos externos y excluye por completo las extremidades, el cabello, entre otras cosas. En poco tiempo, los robots de mano con apariencia de embriones sustituirán a los teléfonos celulares.
¿Una «máquina humana»?
Los investigadores de Bielefeld también decidieron simplificar su creación de manera radical, ya que esta simplificación facilita la comunicación entre el hombre y la máquina. Su última creación «Flobi» , el robot-cabeza, es similar a la de un niño con enormes ojos y cara redonda. Con el movimiento de sus labios, las cejas y las pestañas Flobi puede expresar tristeza, alegría miedo y sorpresa.
Aparte de la apariencia, el comportamiento del robot juega un papel muy importante en cuanto a la aceptación de la gente. No deben ser teledirigidos sino poder actuar por cuenta propia y movilizarse por sus propios medios. Además tienen que ser inteligentes ya que para una mejor interacción con los humanos es importante reconocer el nombre de la persona con quien habla y aprender a reaccionar de manera adecuada. Sólo así una máquina puede ser más humana.