Khadafy murió por un disparo en la cabeza

Lo determinó el forense que examinó el cadáver, cuyas afirmaciones contradicen la versión oficial difundida por los rebeldes; la ONU reclama una investigación.

l forense que examinó el cadáver de Muammar Khadafy reveló en diálogo con la cadena de televisión Al Arabiya que el ex dictador libio murió por un disparo de bala en la cabeza, una teoría que contradice la versión oficial ofrecida por las nuevas autoridades libias, que habán asegurado que el líder estaba vivo en el momento de su captura.

«Khadafy estaba vivo cuando fue capturado. Ligeramente herido, pero vivo. Después recibió una bala en la sien que salió por la frente y otra bala en el estómago que le causó importantes daños», explicó.

Aunque hubo versiones contradictorias sobre las circunstancias exactas de la muerte de Khadafy, la mayoría de los relatos coinciden en que el ex líder libio estaba atrincherado con sus leales en los últimos edificios que retenían en Sirte, donde combatían a los revolucionarios.

En determinado momento, una caravana intentó huir de la zona y fue atacada por aviones de la OTAN. Khadafy logró escapar, herido, y fue encontrado por un joven dentro de una tubería de cemento, debajo del camino donde circulaba el convoy, y capturado.

«Cuando lo encontraron, estaba bien de salud y llevaba un arma. Quedó atrapado en un tiroteo entre revolucionarios y sus fuerzas de seguridad», dijo el primer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mahmud Jibril, en una conferencia de prensa en Trípoli. «Murió desangrado en el camino al hospital» de Misurata, precisó. Abdel-Jalil Abdel-Aziz, un médico que examinó a Khadafy en la ambulancia, dijo que murió de dos balazos, uno en la cabeza y otro en el estómago, tras perder mucha sangre.

Sin embargo, los videos difundidos por las cadenas árabes muestran a decenas de enfurecidos rebeldes empujando y golpeando a Khadafy, ensangrentado. «No me maten, hijos míos», les dijo el ex rais. Pero una hora más tarde estaba muerto.

Momentos antes, los rebeldes lo habían trasladado a una ambulancia. «¡Lo queremos vivo!», gritaba un hombre, mientras otros lo pisoteaban, le tiraban del pelo y se sacaban fotos con celulares. Luego fue llevado a un hospital de Misurata, adonde llegó sin vida.

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