En medio de protestas crecientes el Parlamento griego debate el nuevo ajuste

Mientras los legisladores debatían las leyes pertinentes para garantizar el pago del rescate internacional, una multitud de griegos volvieron a protestar frente al Parlamento por las severas medidas convenidas con los acreedores externos.
En medio de la lluvia y el frío, miles de personas convocadas por los principales sindicatos y partidos de izquierda se congregaron en la plaza Sintagma, frente a la Asamblea Nacional, que había sido rodeada de barreras de metal en un intento de evitar que se repitieran los disturbios del 12 del actual, que dejaron cerca de un centenar de edificios dañados.
Aunque las marchas de ayer fueron pacíficas y menos concurridas, la policía detuvo a 30 personas en la plaza Sintagma al desalojar por la fuerza la concentración. Otra marcha reunió a unos 8000 manifestantes en otro sector de la ciudad, que corearon consignas como «¡Abajo el gobierno de la plutocracia!».
«¡No nos convertiremos en esclavos por 400 euros!», rezaba el eslogan de una pancarta, en referencia al salario mínimo que cobrarán los menores de 25 años, tras el acuerdo alcanzado entre el gobierno de Atenas y los acreedores.
El nuevo plan de ayuda prevé, por un lado, un préstamo de 130.000 millones de euros de parte de los acreedores públicos (la «troika» del Banco Central Europeo, la Comisión Europa y el Fondo Monetario Internacional) hasta fines de 2014, que se suma a otro crédito de 110.000 millones concedido en mayo de 2010, pero que resultó insuficiente para rescatar al país.
El plan también contempla la condonación de más de la mitad de la deuda que Grecia ha contraído con acreedores privados (bancos, compañías de seguros y fondos de inversión), lo cual permitiría reducir la deuda soberana griega -de unos 350.000 millones de euros- en unos 107.000 millones.
El conjunto de la ayuda pretende evitar que Grecia se declare en suspensión de pagos el 20 de marzo, cuando enfrentará vencimientos de títulos de deuda por 14.500 millones de euros. Las leyes para promulgar la reestructuración de la deuda pasaron ayer por el comité parlamentario y está previsto que sean aprobadas hoy en el plenario de la Asamblea. El gobierno griego, que impulsa desesperadamente su aprobación, prevé que lograrán el voto de 199 de los 300 diputados.
Mientras en la calle la furia contra el ajuste se extendía, los griegos recibieron otro golpe: la agencia calificadora Fitch también reaccionó negativamente ante el plan de reestructuración y anunció que rebajaba la nota de la deuda griega. «Fitch considera que si se realiza la propuesta de reducir la carga de la deuda pública de Grecia a través de un canje de deuda con los acreedores privados, constituiría una calificación de impago», señaló en un comunicado.
Fitch rebajó la calificación de la deuda en moneda extranjera a largo plazo a «C» desde «CCC», y seguiría con una nueva rebaja a «default restringido» cuando el canje de bonos esté terminado.
Las tres grandes agencias calificadoras -Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s- habían rebajado la nota de Grecia en julio, cuando fue revelado el plan inicial de canje, y advirtieron que las pérdidas para los acreedores privados implicarían una cesación temporal de pagos.
Además del acuerdo con los acreedores privados, en la agenda del Parlamento se encuentran otros dos proyectos exigidos por Bruselas. Se trata del conjunto de recortes presupuestarios reclamados por los acreedores antes del desbloqueo de la segunda inyección financiera, que afectan en particular a los salarios mínimos y las pensiones complementarias, así como al sistema de salud pública.
Mientras los griegos intentaban la aprobación del ajuste, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, anunció que se convocará a una nueva reunión de los ministros de Finanzas de la eurozona para el próximo miércoles, con la intención de analizar los progresos del país.
De la evaluación de los ministros dependerá el vía libre para la asistencia financiera de 130.000 millones de euros que evite el default, afirmó Juncker, con lo que confirmó que incluso después del acuerdo del martes pasado aún faltan requisitos para concretar el envío de la ayuda.