Comienza el operativo para reflotar el barco hundido en Zárate

Mientras continúa la búsqueda del único que sigue desaparecido, Luciano Luna, el entrerriano de 24 años, reflotarán el barco hundido. La tarea podría demandar varios días. Se descarta que el marinero pueda estar dentro del buque.

Cada minuto que pasa agiganta la tragedia. Eso es lo que se intuye al ver los gestos de los compañeros y de los familiares de Luciano Luna, el marinero de 24 años que, hasta anoche, era el único tripulante del arenero Río Turbio que permanecía desaparecido.

La búsqueda de este joven, oriundo de Colón, Entre Ríos, no se detiene. Ayer, 16 buzos salvamentistas de la Prefectura volvieron a sumergirse en las aguas oscuras del Paraná de las Palmas . A tientas, recorrieron cada habitáculo del buque sin dar con novedades: accedieron a todos los camarotes, al comedor, a los baños, la cubierta, el sector de hélices y también a la timonera, el lugar donde Luna se encontraba a las 3.58 del sábado, cuando el remolcador paraguayo Ava Payagua impactó contra el arenero.

Fue seguramente uno de los últimos repasos que harán los buzos en el buque mismo, ya que hoy llegarían desde Ensenada las grúas que empezarán a trabajar para sacar del cauce al Río Turbio.

Según explicó a Clarín Sergio Gaetán, prefecto de la zona Delta, uno de los coordinadores de la búsqueda, el trabajo de reflotamiento es largo y podría durar varios días.

La remoción del Río Turbio daría por descartado que Luciano Luna pueda estar aún dentro del buque hundido. Por eso, cuatro perros entrenados para rescate recorrieron junto a sus adiestradores las dos orillas del Paraná de las Palmas, desde el lugar de la colisión, en el kilómetro 102, hasta el kilómetro 75. “Mañana (por hoy) iremos hasta el kilómetro 70. La búsqueda no se detiene”, remarcó Gaetán.

Los buzos trajeron a tierra ayer varios elementos que estaban en el barco: utensilios, sillas y ropa, entre otros. Eso sirvió para certificar los trabajos y además para que los padres de Luna reconocieran alguna prenda de vestir.

La familia del marinero desaparecido, junto a representantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (ayer había una vigilia de unos 30 compañeros), se reunieron con las autoridades de Prefectura cerca de las 18.30 de ayer. Escucharon los detalles de los trabajos que se hicieron y cómo van a seguir. Como es de suponerse, el ánimo de la familia Luna es de profunda tristeza, incertidumbre y desazón. Luciano está a días de ser padre, entró a trabajar como personal marítimo apenas terminó la secundaria y estaba cumpliendo un relevo como marinero en el Río Turbio.

Los prefectos al mando de la búsqueda son muy cautelosos y prefieren no exponer hipótesis sobre qué podría haber pasado con Luciano ni dónde podría estar. Explicaron que están determinando el trabajo en base al testimonio de Héctor Bogado (62), el único sobreviviente, sobre quien Gaetán aclaró que no estuvo nadando durante 90 minutos como trascendió, sino que “fue rescatado a los pocos minutos de hundirse el buque”. También la búsqueda está enfocada en los roles de cada tripulante (como Luna, la mayoría estaba cumpliendo relevos y no era parte del personal estable del buque) y al lugar donde estaban al momento del accidente, que terminó con la vida de seis personas, todas a bordo del barco argentino.

El buque Río Turbio, de la empresa Arenera Puerto Nuevo, había partido el viernes desde San Pedro y viajaba a Buenos Aires, cargado con 2.200 toneladas de arena. En el kilómetro 102 del Paraná, en la tranquilidad de la noche, se hundió en apenas minutos tras ser impactado por el remolcador paraguayo. Si bien por ahora nadie lo va a aceptar públicamente, se cree que el accidente se debió a una mala maniobra de uno de los buques.